¿Cómo comer menos? 5 tips que realmente funcionan

Si quieres comer menos, primero necesitas saber ¿por qué estás comiendo de más? Comer menos es obviamente una estrategia clave cuando queremos llegar a nuestro peso ideal, pero prometerte a ti mismo que vas a comer menos es demasiado impreciso. Puedes planear comer menos, pero no es lo suficientemente específico, tienes que saber exactamente qué pasos vas a seguir.

Pero, cuando se trata de resolver un problema, en este caso cómo comer menos, primero tienes que identificar los obstáculos que están interponiéndose en tu camino. No puedes comer menos si no sabes qué es lo que causa que comas de más, necesitas ver muy de cerca tu comportamiento para descubrir qué es lo que está provocando esto. ¿No tienes ni idea? Te damos algunas pistas y fáciles soluciones:

El problema: comes mucho porque estás distraído:

Esta es probablemente una de las razones más comunes por lo que la gente come de más, ya que se enfocan en todo menos en su comida. Si comes mientras ves la tele, navegas en la red o conduces, no estás prestando la más mínima atención a lo que hay en el plato o cuánto hay ahí.

La solución:

Durante 20 minutos deja todo lo que estás haciendo y solo dedícate a comer, nada de comer mientras contestas un correo. Enfócate realmente en cómo luce tu comida, y cómo sabe y huele. Si estás en casa, pon lo que estás comiendo en un plato, colócalo sobre un mantel y pon algo de música. Esos toques extra pueden hacer de tu comida algo que disfrutes aún más y te hagan sentir más satisfecho aunque comas menos.

EL PROBLEMA: COMES DEMASIADO PORQUE TE SIRVES DEMASIADA COMIDA:

La mayoría de nosotros tendemos a comer cualquier cantidad de comida que nos sirvamos, no importa si sea poca o mucha. Si sirves tu plato con una gran porción, es muy probable que terminarás comiéndola toda, por lo que si quieres comer menos, el proceso comienza en ese preciso momento, el momento en que estás sirviendo tu comida.

La solución:

Trata de poner alrededor del 20% menos de comida en tu plato de la que normalmente acostumbras. Es suficiente para disminuir un número razonable de calorías, pero no es tanto como para que sientas que te estás privando demasiado. Usar un plato más pequeño, o incluso un tazón más pequeño podrá ayudarte bastante a controlar el tamaño de tu porción.

El problema: comes mucho porque tienes demasiada hambre:

Si tu estrategia para comer menos significa saltar comidas y snacks lo más que puedas, puede resultar demasiado contraproducente para ti. Cuando saltas comidas, probablemente no termines comiendo menos después de todo, ¡al contrario!, solo lograrás tener un hambre excesiva que te hará comer de más cuando finalmente tengas la oportunidad de comer.

La solución:

No necesariamente tienes que comer bajo un cronograma, tu cuerpo te hará saber cuándo necesita combustible, el cual para la mayoría de la gente pasa cada 3 ó 4 horas. Eso no significa comer demasiado cada 3 ó 4 horas, ¡recuerda que tus snacks deben tener entre 100 y 200 calorías!

El problema: comes mucho cuando estás estresado:

El problema con comer cuando estás estresado es doblemente malo, no solo porque terminas comiendo más calorías de las que necesitas, si no porque el comer por estrés normalmente no te hace sentir mejor.

La solución

Encuentra otras maneras para lidiar con el estrés, cuando sientes que una comida emocional esta a punto de venir por ti, pon esos sentimientos en un papel. Esto te podrá ayudar a identificar lo que provoca que comas, y también a detenerte de comer durante un minuto o dos, que es lo que normalmente necesitas para olvidar la necesidad de pecar. También puedes intentar llamar a un amigo, salir a caminar o hacerte una taza de té, toma un momento para reflexionar sobre tus sentimientos, recuerda que está bien estar solo o aburrido de vez en cuando.

El problema: comes mucho porque comes muy rápido:

Le toma a tu cerebro algo de tiempo asimilar que tu estómago está lleno, alrededor de 20 minutos para ser más exactos. Si comes una comida gigantesca de manera rápida, puedes sentirte bien al principio, pero extremadamente lleno unos minutos después.

La solución:

Puedes intentar comer delante de un espejo (muchas personas juran que fue lo que les ayudó a romper su hábito de comer rápido) pero es probablemente más práctico usar algunas otras tácticas más reales y sencillas. Comer rápido normalmente viene de la mano con comer mientras estás distraído, así que toma nota: comer llevando cierto orden funciona bien, trata de comer primero tu ensalada o tus verduras en lugar de sentarte con todo de una vez, comienza llenando con elementos de pocas calorías tu plato; da pequeñas mordidas a tus alimentos y deja los utensilios en la mesa entre cada mordida, si estás comiendo algo que necesitas cortar, córtalo al ritmo en que vas comiéndolo. ¡Y no olvides incluir una gran cantidad de alimentos altos en fibra en tus comidas!, no solo te ayudan a sentirte más satisfecho, si no que también requieren masticarse más, lo que te ayudará a bajar el ritmo más.

¿Algo de esto te suena familiar? Probablemente ni siquiera notaste que alguno de estos problemas eran parte de tu día a día, pero ¡ahora lo sabes! Y lo mejor de todo es que sabes la solución. Haz pequeños cambios tomando en cuenta nuestras recomendaciones y notarás grandes cambios.