Cuidas lo que comes y haces ejercicio, pero ¿no tienes ni idea de por qué has subido de peso últimamente? Puede ser que ni siquiera esté relacionado con lo que comes en lo más mínimo, algunos de tus hábitos pueden estar contribuyendo a ese cambio en la báscula. ¿Alguno te suena familiar?
1. Estar sentado todo el día:
No es un secreto que un estilo de vida sedentario puede traerte una gran cantidad de problemas, de los cuales el menos grave es tu peso, y esos problemas aumentan aún más si te la pasas sentado todo el día (en tu trabajo, tu casa y, trasladándote en carro o camión). WebMD reporta que largos periodos de inactividad física aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón, diabetes, cáncer y obesidad.
Sabemos que muchas veces es necesario pasar tiempo sentado, pero hay pequeños cambios que puedes hacer para que te levantes y te pongas en movimiento un poco más; para empezar debes levantarte de tu escritorio y caminar un poco, estirarte, o moverte por un periodo de al menos 5 minutos. ¿Necesitas inspiración? En vez de enviar un correo o un mensaje a tu compañero de trabajo, levántate y ve a su oficina para hablar con él en persona.
2. NO DORMIR BIEN EN LA NOCHE:
Hay una gran cantidad de estudios que relacionan la falta de sueño con el aumento de peso. Si lo analizamos bien, nos daremos cuenta que la privación del sueño es un círculo vicioso, ya que puede ser el resultado también de hábitos alimenticios malos (tomar muchas tazas de café o comer grandes cantidades de azúcar para poder sobrevivir durante el día). No dormir también provoca que queramos saltar nuestro entrenamiento, lo cual incrementa las probabilidades de continuar comiendo de manera inadecuada una vez que llegas a casa, y así sucesivamente… Y claro que cuando llega la hora de dormir estás tan agitado que no puedes dormir, y así continúa el ciclo una y otra y otra vez.
Trabaja en desarrollar mejores hábitos para dormir, y será mucho más fácil desarrollar mejores hábitos de alimentación y ejercicio.
3. Tener una mala postura:
No estás ganando peso por tener una mala postura, puedes ser una persona sana, activa y en forma, pero si tienes una postura encorvada, estás haciendo que esos pocos kilos extra parezcan demasiados kilos extra. Para combatir este problema y lucir más delgado, tienes que estar consciente de cómo te sientas y te paras para que puedas trabajar en tu postura y mejorarla.
4. Elegir otras maneras de trasladarte en lugar de caminar:
¿Siempre usas el elevador aún cuando las escaleras están a un lado? ¿Usas las escaleras eléctricas para subir 1 ó 2 pisos en lugar de caminar? ¿Tomas un taxi para trasladarte pocas cuadras?
Si alguno de estos escenarios te suena familiar, estás perdiendo oportunidades cruciales para ejercitarte un poco, que aunque parezcan pequeñas pueden hacer la diferencia en tus resultados de peso. Si deseas lograr tu peso ideal necesitas moverte más seguido, además de ir al al gimnasio elige moverte en cualquier oportunidad que tengas.
5. Tomar ciertos tipos de medicamento:
Alguno de los medicamentos que tomas puede estar contribuyendo al aumento de tu peso, por lo que es importante discutir esto con tu doctor si notas algún cambio. Lo mejor sería que este tipo de efectos se discutieran mucho antes de comenzar el tratamiento para que estés bien informado, pero si te encuentras en algún tratamiento durante algún tiempo y piensas que es el culpable, programa una cita con tu doctor para tener la situación bajo control y buscar la solución.
6. Ponerte ropa más cómoda o tu pijama en cuanto llegas a casa:
Esto es algo más bien psicológico, ya que cuando te pones tu pijama en cuanto llegas a tu casa, automáticamente tu cerebro sabe que no harás nada más durante lo que resta del día y la noche. Esto podría llevarte a pasar horas en el sofá, ver la televisión o probablemente comer comida chatarra en exceso debido al aburrimiento, en lugar de tratar de hacer algo productivo.
Para cambiar este hábito puedes añadir más hobbys y actividades que te mantendrán ocupado y en movimiento. ¡¡Basta del no tengo tiempo!!, si tienes tiempo de mirar la tele por largas horas, tienes tiempo de hacer algo de mayor provecho, es solo cuestión de disposición y prioridades.
7. Dejar a un lado el ejercicio:
Es muy fácil encontrar millones de cosas perezosas por hacer en lugar de levantarte y quemar calorías. Sabemos que es normal que muchas personas sean víctimas de este tipo de mentalidad por años y no quieran salir de su rutina, pero hay que recordar la gran importancia de ser saludables. En lugar de evitar la oportunidad de activarte la próxima vez, aún cuando se trate de unos cuantos minutos, saca ventaja de eso, y te aseguramos que después de eso tu cuerpo y tu mente se sentirán mucho mejor, y con suerte, ¡será el principio de un “tú” más positivo y saludable!
Muchas veces pensamos que la alimentación y el ejercicio son las únicas dos cosas que realmente importan cuando al peso nos referimos, y no decimos que no son importantes, ¡claro que lo son¡, pero puede haber muchos otros factores que pueden afectarte aún cuando lleves una alimentación impecable y una vida súper activa. Identifícalos y elimínalos.