Plato Balanceado

La fórmula perfecta para una alimentación balanceada.

¿Has notado que después de comer te da el famoso “mal del puerco” o te sientes con muchísima energía? ¡Así es! Lo que comemos durante el día, nos dará o quitará le energía que necesitamos para rendir al 100. Pero, ¿cuál es la fórmula para comer bien?

Plato VIVRI®.

Te explicamos cómo y por qué:

VERDURAS Y FRUTAS (50%).

Asegúrate de que al menos la mita de tu plato tenga verduras y frutas, ¿por qué? Recuerda que entre más color y variedad tenga tu plato, ¡más vitaminas y nutrientes tendrá! Recuerda evitar vegetales con demasiadas calorías, azúcar o almidón como la papa, camote, uva y naranja. Recuerda que hay miles de opciones y miles de maneras de comerlas, ¡sé creativo!

GRANOS INTEGRALES (25%).

Los granos enteros son carbohidratos, y ¡son la principal fuente de energía del cuerpo! Pero asegúrate de elegir los carbohidratos correctos, elimina de tus comidas los granos refinados como el arroz y pasta blancos, y mejor elige granos enteros como la quinoa, y arroz y pasta integrales.

¿Por qué? Los granos enteros utilizan el grano completo sin procesar, mientras que los granos refinados son más procesados porque se les quita la cáscara y la semilla; y aunque su textura es más fina y se pueden conservar por más tiempo, se pierde la fibra y muchas vitaminas y minerales. Además, los granos integrales nos dan energía por más tiempo, nos ayudan a lograr nuestro peso ideal y mantienen nuestro sistema digestivo saludable.

PROTEÍNA (25%).

Aunque existen varias fuentes de proteína, algunas son mejores que otras. ¿Por qué? Porque los alimentos de donde la obtenemos, además de tener proteína, contienen más cosas. Por ejemplo, no es lo mismo comerte un bistec que contiene 38 g de proteína, y 16 g de grasa saturada, a un salmón que tiene 34 g de proteína y solamente 4 h de grasa saturada.

No te decimos que no comas carne roja, pero trata de consumirla solamente dos veces a la semana, y asegúrate que sea carne magra, ya que contienen menos grasa.

ACEITES SALUDABLES.

Aunque lo mejor es eliminarlos, sabemos que son necesarios para preparar algunos de nuestros alimentos. Elige aceites saludables como oliva, canola, coco o girasol, ¡claro!, usándolos con moderación y solo lo necesario. Recuerda evitar la mantequilla y grasas trans.

AGUA, CAFÉ O TÉ.

Recuerda tomar tus 8 vasos de agua al día, puede ser natural o puedes agregarle fruta para darle un poco de sabor. También tienes la opción de tomar café o té, solo recuerda tomarlos con la menor cantidad de azúcar posible, o endulzarlos con stevia. Y evita tomar bebidas con endulzantes y saborizantes artificiales como los refrescos y jugos que están repletos de calorías.

¡Súper fácil! ¿Cierto? Gracias a esta fórmula podrás decirle adiós a medir tus porciones una por una, simplemente debes asegurarte de llenar tu plato con las recomendaciones que te hemos dado en este artículo, ¡y lograrás el balance perfecto!

Te explicamos por qué.

Hombre comiendo postre

¿Hambre física o emocional?

Comer para satisfacer una necesidad del cuerpo es algo distinto a comer en respuesta a una emoción. En general, todos hemos experimentado ese momento en que la tristeza, la angustia, la preocupación o cualquier otro sentimiento nos lleva a refugiarnos en la comida. Sin embargo, esto puede ser peligroso si se trata de un cuadro que se presenta regularmente. Sigue leyendo para descubrir si es tu cuerpo el que te pide comida o es tu corazón…

Primero hablemos de los factores que nos ayudan a distinguir el hambre natural del cuerpo.

El hambre real, se caracteriza porque va apareciendo poco a poco conforme transcurre el día. Es decir, tú desayunas a las 9am y conforme se acercan las 12 del día tu cuerpo empieza a avisarte que es hora de darle de comer, no aparece instantáneamente, sino que pasan HORAS para que nuevamente necesites recibir alimento alguno.

Otra característica es que al recibir el alimento comes despacio, disfrutas lentamente tu comida y eres capaz de levantarte de la mesa si ya te encuentras satisfecho.

Al contrario de esto, el hambre emocional se manifiesta en que llega de una manera repentina y viene acompañada de un antojo en específico, también está acompañada de ansiedad, lo que hace que al comenzar a comer, no puedas detenerte aún estando ya satisfecho. ¿La consecuencia? Una fuerte culpa después de comer.

Si tú te has identificado con esto último ¡cuidado!, el hambre emocional empieza a manifestarse en tu cuerpo como sobrepeso, obesidad y distintos problemas de salud.

Recuerda, si estás triste, angustiado o viviendo un duelo, refugiarte en la comida sólo hará que agregues un problema a otro problema, mejor busca otras maneras de distraerte más sanas como hacer ejercicio, salir a dar un paseo o hacer yoga.

¡Atrévete a cambiar tu manera de pensar y tu estilo de vida con VIVRI®! Y aprende a nutrirte de la mejor manera.